A la muerte de Lord Byron, cuando se encontraba en Grecia luchando en la guerra contra los turcos, su mujer y su hermana mandaron quemar el manuscrito de sus memorias. Determinación con la cual privaron al mundo y a la posteridad de un mayor conocimiento del que acaso haya sido el poeta más grande (o, al menos, el más influyente) de los últimos tres siglos. ¿Contenía quizás ese diario revelaciones sobre su amor incestuoso con su hermana Augusta? ¿O detalles demasiado explícitos sobre sus tendencias homosexuales? Esta novela capta la veta más pasional y humana de la voz del poeta, mostrándonos a un Byron vivo e intenso, que desborda por completo el recorte que de su figura suelen hacer las biografías oficiales.