Protegido de Augusto, Tiberio fue el emperador que abandonaría el cargo para retirarse a la isla de Capri, siendo sucedido en el trono por el perverso Calígula. Su personalidad ha sido desde siempre motivo de controversias: Tácito y Suetonio lo describieron como un monstruo, y el famoso asesino de niños Gilles de Rais decía que se inspiraba en su figura. Sin embargo, tampoco faltan testimonios de que fue un hombre responsable y discreto. Massie reconstruye la autobiografía perdida de Tiberio para darnos, desde esa primera persona, no sólo una imagen múltiple de su compleja personalidad, sino también una visión sesgada del perenne enfrentamiento entre las responsabilidades del poder político y lo fiable de las virtudes humanas.