Después de veinte años de apacible vida doméstica y brillante carrera social, Aline Griffith, la espía de rojo, vuelve a ser reclamada por su patria. Los tiempos de guerra y de inexperta juventud son un recuerdo lejano. Ahora, en 1966, Aline es la condesa de Romanones y su trabajo de espía tendrá como escenario el refinado mundo de la aristocracia y la jet set. La amenaza nazi ya ha pasado a la historia y ahora son el comercio fraudulento de obras de arte y las maniobras secretas de un topo infiltrado en la OTAN quienes preocupan a los responsables de la Oficina de Servicios Secretos de Estados Unidos.