Las cosas más extraordinarias suceden los días de morondanga porque en esos días suelen pasar las Cosas Grandes. Así fue como una hojita verde, chiquita y aparentemente común, se abrió paso entre el cemento de la avenida hasta convertirse en el árbol más más más grande de todos. Luego aparecieron los arborícolas, los pajaritos color té con leche, los periodistas y las cuadrillas, un vecino meterete, una historia de amor, la Gran Batalla y muchos sueños.