Los Cuentos de Ise, obra relativamente modesta y de una factura todavía primitiva, constituyen una de las fuentes literarias más célebres y antiguas del Japón. Escritos entre los Siglos IX y X, ejercieron una marcada influencia a través de su inclusión en casi todas las antologías de literatura japonesa antigua, y prefiguraron, en cierta forma, el famoso Genji Monogatari (traducido como Historia o Romance de Genji). Se trata de 125 cuentos que agrupan, muchas veces en unas pocas líneas en prosa, unos 209 tankas (poemas de 5 versos con un total de 31 sílabas, ordenadas en 5-7-5-7-7). La prosa es utilizada para fijar el contexto, las circunstancias reales o fabulosas de la composición del poema. En prosa, Ariwara no Narihira utiliza la tercera persona, y la primera solamente al escribir poesía, con la consecuente y necesaria aparición de su yo poético. Los cuentos no tienen entre sí una relación que permita apreciar la trama en capítulos de una novela. Sin embargo, existen elementos en común que, sin alcanzar el detalle de una biografía, nos permiten trazar los rasgos sentimentales del héroe de la obra, Ariwara no Narihira. Este distinguido personaje, nieto de un emperador, que nació en 825 y murió en 879, y que es el autor de la mayoría de los poemas (sólo unos 50 poemas pertenecerían a otro pincel), narra a lo largo de los Ise Monogatari las emociones que experimenta ante la ausencia de un ser querido, mujer, madre (cuento LXXXIV) o amigo, el anhelo de una amante inaccesible o la contemplación de la naturaleza. Sabemos que, además de llevar adelante una notable carrera militar, entre sus contemporáneos Ariwara no Narihira tuvo fama de ser un hombre elegante y refinado, y un poeta de calidad.