Los tuareg, auténticos hijos y dueños del desierto, constituyen un pueblo fuerte y altivo, con un código moral distinto del de los pueblos árabes. Gacel Sayah es un noble inmouchar, señor absoluto de un enorme territorio, que debe enfrentarse a unos extranjeros que violan las sagradas leyes de la hospitalidad. Vázquez Figueroa, gran conocer de los tuareg, realiza en esta novela un encendido canto a tan singular cultura. Esta obra ha sido llevada al cine por Enzo G. Castellari