Durante el tiempo que vive como compañero de Belit, Conan se gana el apelativo de Amra el León, nombre por el que será conocido siempre en la costa negra y el reino semicivilizado de Kush. De regreso al norte, Conan sirve durante breves períodos como guerrero en diversas guarniciones y ejércitos. Pero el bárbaro no tiene madera de servidor y siempre encuentra motivos para buscar fortuna en otra parte. Sus correrías y la suerte del mercenario, le llevan a formar su propia banda de forajidos. Hasta que eventualmente, sus actividades llegan a enfrentarle a su antiguo señor el rey Yildiz de Turán.