Éxtasis y desdicha, violencia y paz, fugacidad y permanencia, el amor aparece como la eterna contradicción y, a la vez, como la instancia superadora de todas las antinomias. Si esta experiencia extraordinaria es en principio un patrimonio compartido por todos los seres humanos, ¿qué tienen de insólito estos amores de nuestra historia? En ellos se exacerban las distancias y las diferencias (de clase, raza, cultura, edad, poder) para bien y para mal de los amantes.