El autor nos dice casi al inicio de la obra: No es tarea fácil ser Infante de Marina y al ir leyendo el texto nos daremos cuenta del valor de esa frase. El libro está rodeado de sensaciones que remarcan el valor de aquellos jóvenes soldados en los duros combates por nuestras islas Malvinas que el autor, como suboficial jefe, adiestró, formó y condujo en batalla. Bien documentado, no deja nada librado al azar. Relatado en primera persona nos traslada a aquellos días en que se enfrentaron a su destino con la hidalguía y la bravura que la tradición de la Infantería de Marina les imponía. Realmente no es fácil ser Infante de Marina, al leer el libro sabremos por qué. Pero esos jóvenes soldados lo hicieron.