Una antología de preferencias, lo es, también, de omisiones. No seleccioné ningún fragmento de mis novelas o de mis obras de teatro, que funcionan mejor como totalidades. Y no elegí ningún ensayo por la misma razón. En cambio opté por un texto autobiográfico que, según creo, ilustra bien sobre mi aprendizaje de escritor, que comenzó hace mas de medio siglo y que continúa hasta el presente. Elegí tambien varios cuentos escritos en diferentes momentos de mi vida. Algunos de ellos transcurren en México, en los años del exilio. Todos teníamos veinte años (fragmentos); Tribulaciones del novio de Shirley Temple; Mujer con violoncello; El mono; La murga; Jóvenes de noche; El Día de los Santos Inocentes; La mulata y el guerrero; Milton West, libretista; El incrédulo; Las ilusiones perdidas; Santiago y su mochila.