RESEÑA: Muchas veces, cuando a uno se le ocurre algo que no espera, escuchamos como respuesta la frase: âNo hay nada que hacer, fue el destinoâ. Para los romanos y los griegos, se trataba de una fuerza superior que guiaba a los humano a un fin inevitable. Precisamente, fue el destino quien llevó a Eneas, el protagonista de la historia que estás a punto de leer, a padecer pérdidas, a superar tristezas e incluso a conocer el amor, hasta que por fin cumplió la misión que los dioses le habían trazado.