Este texto de Max Weber se compone de dos ensayos: La política como vocación y La ciencia como vocación. Ambos ensayos se enfocan en discernir estas dos vocaciones muy enfrentadas. Por un lado se muestra la política como vocación, cuyo móvil es el juicio de valor, mientras que por el otro lado está la ciencia como vocación, cuyo móvil es el juicio de hecho. Este enfrentamiento de ideas se circunscribe a un pulseo entre lo objetivo y lo subjetivo. El hombre de vocación política ha de vivir desbocado hacia la acción, mientras que el hombre de ciencia ha de vivir desbocado hacia el conocimiento o intelecto.