RESEÑA: Esta obra de Jean Jacques Rousseau es el resultado final de un proyecto iniciado en 1743, cuando era secretario del embajador en Venecia; lo que había de ser un amplio volumen sobre las instituciones políticas acabó convirtiéndose en un extracto que el autor tituló El contrato social o principios de derecho político (1762). De ahí la advertencia inicial: Este pequeño tratado se ha extraído de una obra más extensa, iniciada sin haber consultado mis fuerzas y abandonada después de algún tiempo. De los diversos fragmentos que podían extraerse de ella, éste es el más considerable, y lo que me ha parecido menos indigno de ser ofrecido al público. El resto ha desaparecido. En El contrato social, Rousseau establece la posibilidad de una reconciliación entre la naturaleza y la cultura: el hombre puede vivir en libertad en una sociedad verdaderamente igualitaria. El problema fundamental es Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común proporcionada por la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos los demás, no se obedezca más que a sí mismo, y permanezca, por tanto, tan libre como antes. La solución reside, según Rousseau, en un contrato social basado en la enajenación de todas las voluntades, de forma que cada uno recupere finalmente todo lo que ha cedido a la comunidad. De este modo, dándose cada individuo a todos, no se da a nadie, y no hay ningún miembro de la sociedad sobre el que no se adquiera el mismo derecho que se cede. Se gana en equivalencia lo mismo que se pierde, adquiriendo mayor fuerza para conservar aquello que cada cual posee.
Nivel Bibliográfico:
Monográfico
ISBN:
84-487-0119-4
Nota normalizada:
CONTIENE: LIBRO PRIMERO. CAPÍTULO I.: Tema de este primer libro. CAPÍTULO II. Las primeras sociedades. CAPÍTULO III. Del derecho de más fuerte. CAPÍTULO IV. De la esclavitud. CAPÍTULO V. De cómo es preciso remontarse siempre a un primer convenio. CAPÍTULO VI. Del pacto social. CAPÍTULO VII. Del soberano. CAPÍTULO VIII. Del estado civil. CAPÍTULO IX. Del dominio real. LIBRO SEGUNDO. CAPÍTULO I. La soberanía es inalienable. CAPÍTULO II. La soberanía es indivisible. CAPÍTULO III. Sobre la voluntad general puede errar. CAPÍTULO IV. De los límites del poder soberano. CAPÍTULO V. Del derecho de vida y de muerte. CAPÍTULO VI. De la ley. CAPÍTULO VII. Del legislador. CAPÍTULO VIII. Del pueblo. CAPÍTULO IX. Continuación. CAPÍTULO X. Continuación. CAPÍTULO XI. De los diversos sistemas de legislación. CAPÍTULO XII. División de las leyes. LIBRO TERCERO. CAPÍTULO I. Del gobierno en general. CAPÍTULO II. Del principio que constituye las diversas formas de gobierno. CAPÍTULO III. División de los gobiernos. CAPÍTULO IV. De la democracia. CAPÍTULO V. De la aristocracia. CAPÍTULO VI. De la monarquía. CAPÍTULO VII. De los gobiernos mixtos. CAPÍTULO VIII. De cómo toda forma de gobierno no es apta para todos los países. CAPÍTULO IX. De los rasgos de un buen gobierno. CAPÍTULO X. Del abuso del gobierno y de su inclinación a degenerar. CAPÍTULO XI. De la muerte del cuerpo político. CAPÍTULO XII. Cómo se mantiene la autoridad soberana. CAPÍTULO XIII. Continuación. CAPÍTULO XIV. Continuación. CAPÍTULO XV. De los diputados o representantes. CAPÍTULO XVI. La institución del gobierno no es un contrato. CAPÍTULO XVII. De la institución del gobierno. CAPÍTULO XVIII. Medios para prevenir las usurpaciones del gobierno. LIBRO CUARTO. CAPÍTULO I. La voluntad general es indestructible. CAPÍTULO II. De las votaciones. CAPÍTULO III. De las elecciones. CAPÍTULO IV. De los comicios romanos. CAPÍTULO V. Del tribunado. CAPÍTULO VI. De la dictadura. CAPÍTULO VII. De la censura. CAPÍTULO VIII. De la religión civil. CAPÍTULO IX. Conclusión.