Buenos Aires : Arte Gráfico Editorial Argentino, 2010.
Serie:
Museo Nacional de Bellas Artes COLECCIÓN - 10
Notas:
RESEÑA: Este tomo se inicia con un ensayo de la especialista Andrea Giunta que analiza las relaciones entre el arte argentino y el internacional. De manera precisa, la autora va hilvanando la historia institucional del MNBA, desde la gestión de sus directores, con los cambios estéticos del siglo XX. Luego comienza la catalogación de las obras del período 1945-2010. La primera entrada corresponde a una obra clave del arte argentino: Padre e hijo contemplando la sombra de un día de Roberto Aizenberg. En esta entrega también se puede encontrar el estudio de una de las últimas adquisiciones del Museo: La pesadilla de los injustos, de Antonio Berni, realizada en 1961. Este libro, además, estudia ejemplos destacados de los distintos recorridos que llevó a cabo la abstracción: matérica, expresionista, concreta, cinética, lírica, etc. Obras de Pierre Alechinsky, Jean Fautrier; Jaean Dubuffet, Pietro Consagra, Alberto Burri dialogan con las de los argentinos Noemí Gerstein, José Antonio Fernández Muro, León Ferrari, Manuel Espinosa, Ary Brizzi y Martha Boto, entre otros. En el mismo sentido, se recorre la tradición figurativa con las distintas vertientes del realismo, desde Carlos Alonso y Ana Eckell hasta Ricardo Garabito y Juan Carlos Distéfano; y del arte pop local de Nicolás García Uriburu, Delia Cancela y Pablo Mesejean. La búsqueda de una identidad del arte latinoamericano desde distintas tradiciones modernas se expresa en los trabajos de Libero Badii, Marcelo Bonevardi, Mario Gravo Neto, Hernán Dompé, Jorge Gamarra y Leónidas Gambartes. Además, la fuerza del arte argentino resalta también en la diversidad de estéticas de artistas como Juan José Cambre, Ernesto Deira, Alicia D'A mico, Sara Facio, Eduardo Costa, Oscar Bony, Aída Carballo y Luis Benedit. En este tomo, además de lo apuntado, aparecen dos notas altas de la catalogación: Concepto especial de Lucio Fontana y Los amantes de Marc Chagall. Ambas obras son de 1959 y, de cierta forma, subrayan desde el azar de la misma datación el contraste entre el concepto y el lirismo en el arte del siglo XX.