El retrato de Dorian Gray es un relato fantástico, que resuelve trágicamente el sueño de la eterna juventud: ese don se puede alcanzar, pero se pago por él un alto precio. Oscar Wilde (1854-1900), ambientó esta fábula en el escenario que le tocó vivir, el de la indolente aristocracia inglesa de fines del siglo XIX.