RESEÑA: Enrique García Velloso como autor de teatro ha dejado aproximadamente ciento veinte obras, de las cuales la más célebre es Gabino el Mayoral, pieza antológica que establece el modelo posterior del sainete. Su personalidad ágil y su inagotable curiosidad por el espectáculo del mundo le permitieron escribir estas memorias que abre las puertas a la época fecunda que vivió, entre sus páginas figuran retratos inolvidables de Florencio Sánchez, Gregorio de Laferrère y Eduardo Gutiérrez, entre otros. Desfilan bufetes, comités, diarios, calles, hoteles, camarines, restaurantes y cafés. Quedan retratos de una vez y par siempre desde la decadencia del teatro español en la Argentina hasta el florecimiento del sainete. Vale la pena detenerse especialmente en el capítulo dedicado al gran Rubén Darío, pequeña obra maestra de amenidad y percepción que por sola justifica la vigencia de este texto. García Velloso, consciente de que asiste a formas teatrales que van desapareciendo, quiere dejar testimonio de las mismas, para lo cual discurre extensamente en torno de los Podestá, el circo, la pantomima y las diversas versiones y verdadera historia de Juan Moreira.