SINOPSIS: Orientación a padres: Es común que los niños quieran dormir en la cama grande. Muchas veces suele ser un problema para las parejas y otras veces poco se hace por modificarlo, ya que como padres también disfrutamos de dormir con ellos. Esto forma parte también de los límites, es necesario que los niños tengan claro cuál su lugar tanto físico como simbólico en la familia. Recordemos que la relación padres-hijos es vertical. Los padres tienen la autoridad, la función de guiar, contener. La cama matrimonial es para «una pareja», establece claramente la relación de par, de igualdad, siendo además el lugar de intimidad de la misma. Los niños tienen que aprender 00' a respetarlo. En su psiquismo, si viven una relación de igualdad con los padres luego les resultará más difícil aceptar otros límites. Por otro lado, entre los 3 y 5 años se encuentran en una etapa del desarrollo donde los varones se sienten más cerca de las madres y las nenas de los padres. Expresiones como papá es mi novio o me voy a casar con mamá, son esperables en esta etapa. Por lo tanto como padres hay que dejar claro cuál es la pareja, y ellos deben esperar a ser grandes para buscar una pareja como mamá o papá. La cama grande puede compartirse un ratito en determinadas ocasiones, un domingo a la mañana remolonear juntos un rato, o cuando está enfermo como un permiso especial, mientras quede claro cuál es el lugar de cada uno en la familia. Ser permisivos en esto, lejos de hacerles un bien a los hijos, los confunde. Al saberlo, cada uno encontrará la manera de restablecer los lugares en la familia. Los niños se sienten seguros frente a los límites claros, acompañados de una explicación, firmes y coherentes.
