Los nacionalistas siempre repudiaron todo tipo de organización política o electoral y por eso cada vez qué intentaron incursionar en ese terreno no tuvieron éxito, pero sus ideas perduraron en el tiempo. No es tarea sencilla desentramar su origen, porque sus raíces mismas están teñidas de liberalismo, más adelante su más grande enemigo. Asimismo una de sus vertientes más importante fue el conservadorismo, cuando las familias patricias se alarmaron a fines del siglo pasado ante la marea inmigratoria; naturalmente hay otras fuentes. Con rigurosidad, María Inés Barbero y Fernando Devoto, procuran investigadas a todas, apoyados en una medita documentación que testimonia sus afirmaciones y le da singular relieve a sus páginas, que llenan hasta el año 1932, momento en que sus principios rectores habían logrado eco en las fuerzas armadas.