A lo largo de los años, Javier Barilaro fue completando cuadernos con dibujos, bocetos, croquis, esbozos, borradores de diseños, poemas, ideas sueltas, planes de obra. Partituras reúne y compila páginas escogidas de esa miríada de cuadernos. Incluye, además, Mi diario chino, el registro de un viaje de negocios, que se lee como una novelita, donde el asombro y la mirada del viajero están puestas a reflexionar sobre las extrañezas de ese país ancestral pero, tabién, sobre la misteriosa tarea de hacer y editar libros.