Escrito en plena Primera Guerra Mundial, poco antes de que su autor fuera encarcelado por sus postulados pacifistas, Caminos de libertad recorre con pasos críticos y esperanzados las tres grandes corrientes ideológicas, el socialismo, el anarquismo y el sindicalismo, que a principios del siglo XX prometían conducir por derroteros muy distintos la historia de la humanidad. No satisfecho del todo con las tesis de Marx y Bakunin ni con las de los sindicalistas, Russell desarrolla su propia visión del mundo como podría construirse. La necesidad de conjugar al máximo la libertad y la justicia económica se enriquece con la reivindicación de un mayor goce de vivir frente a la triste tragedia cotidiana de la vida moderna.