Con Persuasión de los días Oliverio Girondo, vuelve a cambiar el tono; ya no son los movimientos y las significaciones del sueño y la imaginación que se impone, sino un sentimiento de náusea. Las cosas pasan a segundo plano, como borradas por el rechazo cada vez más intenso de un mundo deformado por el mal. El título se hace admonitorio, pone énfasis en la dialéctica sombría del tiempo. Se ha pasado de un universo físico a un universo moral, de la geografía a la ética. En Espantapájaros los protagonistas ya no son las cosas sino los mecanismos psíquicos, los instintos, las situaciones de omnipotencia, de agresividad, de sublimación, puestas en acción en textos de un lenguaje expresionista, fáustico, en un clima del más riguroso humor poético. Aunque está objetivada en situaciones concretas, expresada en imágenes significativas, la temática parecería querer ejemplificar, por lo definidos, algunos de los movimientos fundamentales de ese fondo oscuro y turbulento del yo.