Bajo la denominación general de Objetos No Identificados, designamos a todos aquellos fenómenos celestes que no se hallan comprendidos dentro de ninguna de las categorías conocidas, naturales o artificiales, a saber: meteoros, cuerpos celestes, aeronaves, espejismos y, más recientemente, cohetes y satélites. El número de estos no identificados es mayor del que cree el profano; si bien muchas veces pueden reducirse a alguno de los fenómenos conocidos, tratándose entonces de una confusión, existen casos (véanse las estadísticas publicadas más adelante) que se resisten a toda explicación. Dentro de una categoría aparte cabe colocar a los fenómenos de tipo subjetivo, como alucinaciones, aunque hay que prevenirse contra el empleo abusivo del término alucinación, pues ésta, en su acepción médica, define un estado psicopatológico muy poco frecuente. Más prevención aún debe inspirar el término de alucinación colectiva. Estas expresiones y otras similares suelen ser manejadas a troche y moche por personas ignorantes del lenguaje médico y de los fenómenos de la psicopatología en general. El testigo suele ser más veraz de lo que muchos suponen. Y cuando el número de testigos es muy elevado (según el profesor Hermann Oberth, 70.000 personas han visto platillos volantes), hay que buscar la explicación.
