Noy hay moralidad. La vida política se ha convertido en industria lucrativa. El presidente de la República ha dado el ejemplo, viviendo en la holgura, haciendo la vida de los sátrapas con un menosprecio inaudito del pueblo y con una falta de dignidad que cada día se ha hecho más irritante. Ni en Europa ni en América podría encontrrse en estos tiempos un gobierno que se le parezca, la codicia ha sido inspiración, la corrupción ha sido su medio. Ha extraíviado la conciencia de muchos hombres con las ganancias fáciles e ilcítas, envileciendo la administración del estado...