RESEÑA: La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. DALA, cumple 75 años. Su surgimiento y su historia están marcados por una lucha incesante a favor de los Derechos Humanos más básicos, como el derecho a la vida, a desarrollarla en libertad y sin persecuciones. Resulta imposible entender la razón de la existencia de la DAIA sin considerar el contexto histórico en el que fue creada. El surgimiento de los regímenes totalitarios europeos en la década de 193o, especialmente el nazismo en Alemania y las consecuencias que trajo en nuestro país, son acaso el principal factor que dieron impulso a la fundación de la DAIA, el 5 de octubre de 1935. Si bien ni el antisemitismo ni sus consecuencias eran una novedad en la Argentina, la conformación de un partido Nacional Socialista vernáculo impulsado y sostenido por la embajada alemana, pusieron rápidamente en alerta a la comunidad, que pronto advirtió que lo que aquí se avecinaba revestía mayor gravedad que nada antes conocido. El estallido de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Shoci, no hicieron más que confirmar las sospechas al acrecentar de manera ostensible el odio sistemático hacia los judíos. Por aquel momento, el concepto "globalización" estaba lejos de poblar las páginas de los libros académicos y las revistas de investigación, sin embargo aquí ya se reproducían las mismas caricaturas agresivas que circulaban en Alemania. Acompañadas de los mismos slogans que incitaban al odio y la violencia contra la comunidad. En ese contexto surgió la DAIA como la representación política de la comunidad judía en la argentina, su objetivo fue desde el primer momento actuar en defensa de los judíos que sufrían el antisemitismo y pronunciarse contra la xenofobia, la segregación y las persecuciones de índole cultural, religiosa, sexual y todo aquello que ponga en peligro el pleno ejercicio de las libertades individuales contempladas en la Constitución Nacional. Aunque es justo destacar, que la DAIA también ha intercedido en varias ocasiones para solicitarle a Gobiernos de otros continentes que les dispensaran un trato, igualitario a los judíos que vivían dentro de sus territorios.
